sábado, 15 de mayo de 2010

El ritual


Una simple taza de cafe puede lograr elevar los animos de cualquier persona, más aún ,si en el momento de ingerir ese amargo sabor, somos concientes de ello ¿Quien no ha disfrutado de su compañia rodeado de amigos o en profunda soledad mientras acompaña nustros mas hondos sentimientos?
Unos de los momentos que mas disfruto por la mañana es el preciso instante donde inicio el ritual de preparar mi anhelado cafe con leche: busco la taza de la alacena, voy por azúcar, leche y cafe. Comienzo batiendo enérgicamente las dos cucharadas de cafe fuerte con las tres de azucar y apenas unas cucharada de agua. Empieza a formarse una pasta suave, cremosa, y mientras mas batimos, su color oscuro es reemplazado lentamente por un color claro. Justo en ese interrumpo el proceso y lentamente incorporo agua caliente y leche. Fnalmente, la amada infusión se ha convertido en un cafe cremoso, espumante, sabroso. Solo me queda disfrutar la mezcla de sabores, una combinacion entre amarga, dulce y suave que deleitan e inundan mis sentidos.

En diversas ocasiones, finalizado mi ritual mañanero, me he preguntado por que luego de tanto tiempo continúo con esa práctica si mas de una vez me he dado cuenta que el cafe cremoso y espumante perdia tal condicion a medida que lo mezclaba para que el azucar se diluyerese. Podría justificar la respuesta diciendo que mejora el sabor o, que mediante algun proceso químico las propiedades del cafe se potencian. Pero no. Al abrir mis ojos siento la expectativa del rito que, dia a dia, doy inicio con la misma fascinacion de hace años. No importa si el cafe pierde la cremosidad a medida que agrego agua: disfruto mezclar, batir, porque mientras todo eso sucede mi mente se conecta con todo el entorno...Soy conciente del milagro del nacimiento de un nuevo dia, de las posibilidades que podrían estar por suceder, de las personas que voy a ver, de los sueños que podrían hacerse realidad o simplemente de encontrar tu sonrisa del otro lado de la puerta sabiendo que nunca mas tendremos que decirnos adios..
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